Por Estela Zatania
La tarde de domingo, con temperaturas suaves en Jerez y Eva Yerbabuena en el Teatro Villamarta, había mucha gente en la calle. Es que la presencia de esta bailaora provoca aglomeraciones y expectación entre el personal.
“Cuentos de Azúcar” se llama la propuesta, descrita como un encuentro entre dos culturas, basada en la música popular de la isla de Amami (Japón). Ya hemos aprendido que no hay que buscar un alto contenido de flamenco en las obras de Eva, entonces te acomodas en tu butaca y abres los sentidos para entrar como invitada de honor en la vida interior de la Yerbabuena.
Eva enigmática. La enigmática cultura asiática. En principio, son conceptos que casan bien. Juegos de manos y brazos, la hipnótica repetición de movimientos, la danza contemporánea como expresión universal que no conoce fronteras. Y la oscuridad, siempre la oscuridad, en el sentido más literal. El poder de la privación sensorial te hace indagar en tu propio ser. Hay infinidad de maneras de torear las cosas de la vida. La de Eva es a través de la oscuridad y los silencios, apoyada en esta ocasión por la dulce voz de Anna Sato. Es un paisaje de invierno, sin color ni energía, tan adusto y severo como un martinete de la Cava de Triana.
FUENTE: DEFLAMENCO.COM