Eva Yerbabuena ha vuelto a los escenarios con ‘Carne y Hueso’ después del parón de la COVID-19 “con todas las ganas, los nervios y la ilusión de una niña pequeña”. La entrevistamos después del estreno que tuvo lugar anoche en el Teatro del Generalife dentro del Ciclo Lorca y Granada
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acía seis meses que Eva Yerbabuena no se subía a un escenario junto a su compañía. La última vez fue en el Theatre du Chaillot en París, con Cuentos de Azúcar. Desde entonces, ha vivido una pandemia; preside la asociación de artistas profesionales del flamenco, Unión Flamenca; ha cumplido 50 años y dice que volver a bailar y hacerlo en Granada, la tierra que le vio crecer, la ha llenado de ilusión y conectado con muchos sentimientos
Desde París sin bailar con la compañía. Mucho tiempo, ¿no?
Bueno, después de París bailé en Fibes, el Palacio de Congresos y Exposiciones Sevilla, en un homenaje muy bonito a Pepe Roca, pero lo hice sola. Esto ha sido diferente.
¿Por qué?
Porque he vuelto a bailar con la compañía y eso es otra historia. He estado con Mariano Bernal, Ángel Fariña, Fernando Jiménez y Cristian Lozano, que son cuatro bailaores maravillosos y profesionales con los que disfruto muchísimo no sólo por la forma que tienen de comprender y ejecutar coreografías, sino porque materializan a la perfección una creación que he hecho con tanto cariño e ilusión para ellos. Además son muy buenas personas y divertidísimos. También me acompañaron tres cantaores tremendos que hoy en día es un privilegio sentir: Miguel Ortega, Alfredo Tejada y Antonio “El Turry”. Voces soberbias y sutiles que a mí me estremecen siempre. Los percusionistas Antonio Coronel y Rafael Heredia, con un trabajo impecable técnicamente y tan necesario para engrandecer tanto el baile a lo largo de todo el espectáculo como la música creada por Paco Jarana. Y es que las composiciones musicales de Paco y su dirección conforman una parte fundamental de mis creaciones que no serían lo que son sin él y sin su trabajo. Tengo mucha suerte de contar con un equipo como este en el que también están, en la parte técnica, la maravillosa y transformadora iluminación de Fernando Martín y el sonido impecable de Ángel Olalla; con el vestuario, la magia creadora de los diseños elegantes y sobrios de López de Santos y la delicadeza de los colores de los mantones de manos de María Calderón. Sin olvidar los zapatos de Begoña Cervera; la comunicación de María Coronada y el trabajo tan completo, detallista y profesional en la producción de Tanya Biggie y Manuela Franco… Trabajar con estas personas es siempre una alegría pero también una tranquilidad porque saben lo que hacen y es de justicia decirlo.
Y además has vuelto a los escenarios con un espectáculo muy especial: ‘Carne y hueso’
¡Y en Granada! Todo eso me ha removido muchísimo por dentro, porque he vuelto a trabajar en el lugar que me ha visto crecer, donde aprendí a bailar y a amar el flamenco, dentro del Ciclo Lorca y Granada, en un espacio como Los Jardines del Generalife… Era mucha la responsabilidad y eran muchos los nervios. Pero no puedo ni quiero ocultarlo. Yo me pongo nerviosa cada vez que bailo. Una veces más y otras menos. Pero siempre. Creo que es una cuestión de respeto y de ilusión. Además, ‘Carne y hueso’ es un espectáculo que habla de eso que a veces es tan difícil de expresar, de aquello para lo que no encontramos palabras. Y yo lo intenté explicar anoche bailando.
Cuéntanos un poco más de ‘Carne y hueso’, por favor.
A veces, en un escenario o en la vida, los sentimientos superan lo sensorial, lo emocional… y se hacen materia. Entonces, aunque esté a oscuras, aunque me sienta sola y hasta perdida, me voy hasta mis centros: la emoción y el saber certero del flamenco. Y en ese momento, mi piel se eriza desde lo más profundo, desde la base, las entrañas, desde lo blanco del hueso. Parece magia pero es la fuerza del sentir. Eso es ‘Carne y hueso’. Y eso fue lo que viví anoche porque durante el espectáculo experimenté muchísimas sensaciones y conecté con un montón de sentimientos que hacía tiempo que no vivía.
¿Y cómo fueron esos sentimientos?
Increíbles. Tenía las mismas ganas, los nervios y la ilusión de una niña pequeña. Me moría por compartir escenario y baile con la compañía, con el público, con mi gente… Vivir y crear con ellos. Transmitirles lo que somos y lo que sentimos. Hacerles cómplices en ese juego sanador que implica el arte y la creación, lo que significa la capacidad transformadora. Y disfruté una barbaridad… Disfruté las tablas que hacía tanto que no pisaba. Disfruté de los compañeros, del sudor y del polvo que emergía del escenario. Disfruté de la guitarra de “mi Paco”, de los momentos de cambio de vestuario con Tanya y con Manuela. Disfruté del apoyo y el cariño que siempre recibo del fantástico equipo técnico del Teatro del Generalife. Disfruté del público expectante, del público volcado, del aplauso, del suspiro, del calor, de la noche. Disfruté de mi Graná… Después de este parón de tantos meses, ha sido una de las noches más emocionantes de mi carrera.
La Compañía Eva Yerbabuena estará en el Ciclo Lorca y Granada en Los Jardines del Generalife con el espectáculo ‘Carne y hueso’ hasta el 29 de agosto (salvo el domingo 23) y las entradas pueden adquirirse en este enlace de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales.