«Eva Yerbabuena, bajo la dirección de la intuición»
Cuentos de azúcar no sólo ha descubierto a la bailaora una cultura que desconocía, además, le ha obligado a moverse de otra manera. “Allí está todo en torno al círculo, es muy curioso, hasta las copas de los árboles, es tremendo. Lo que hay en los templos, espejos que simbolizan el sol, dios, cómo se sientan en familia, el canto y los bailes…”, explica. Esto le hizo pedir, para la escenografía, un gran círculo en el suelo del que no sale prácticamente en toda la obra.
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